27 diciembre 2010

GENTE EN AVILA

Un abulense realiza réplicas de monumentos con botes de refresco y el coche de Fernando Alonso a tamaño real

El abulense Ramiro García elabora con botes de refresco esculturas como réplicas de monumentos de Ávila o, en el último caso, la reproducción a tamaño real del fórmula 1 de Fernando Alonso, 4,7 metros por 1,2, para lo que ha utilizado más de 4.500 latas.
El abulense Ramiro García elabora con botes de refresco esculturas como réplicas de monumentos de Ávila o, en el último caso, la reproducción a tamaño real del fórmula 1 de Fernando Alonso, 4,7 metros por 1,2, para lo que ha utilizado más de 4.500 latas.

Después de construir una réplica de la Muralla de Ávila y otros monumentos de la capital abulense como un verraco, o de crear un Bob Esponja con botes, elaboró durante varios meses el vehículo de la escudería Ferrari.

"Lo primero es buscar los botes, aunque sabiendo que lo hago mucha gente me los guarda", explica García, quien luego rellena las latas con silicona, y las une para dar forma a cada una de las piezas o partes de la figura, para luego afrontar la pintura, que en el caso del fórmula 1 tiene varias capas e incluso arena en las ruedas para conseguir "un efecto más real".

Tras los monumentos de Ávila piensa levantar una réplica de la Torre Eiffel, y en su haber cuenta con verraco como los de los Toros de Guisando, en el que ha empleado más de 4.000 latas, o una parte de la Muralla de Ávila, en la que empleó más de 10.000 botes. Según García, la afición partió después de "coleccionar botes de cerveza de todo el mundo", y de pensar que podía hacer "con las que estaban vacías".

Reconoce que lo más difícil "no es el trabajo que lleva elaborar las piezas, sino conseguir botes", y asegura que tiene "muchas ideas y pocos botes", si bien a medida que conocen su tarea "más gente" le guarda las latas o se las hace llegar, si bien siempre que hay un evento donde los asistentes consumen refrescos o cervezas, él acude en búsqueda de su materia prima.

"No utilizo planos ni medidas, todo está en mi cabeza, se me ocurre una idea y comienzo la construcción, después ya voy retocando, según me parezca", asegura.

De momento no se ha desprendido de ninguna pieza, y casi todas las conserva en torno a su casa, como un árbol, la primera de gran tamaño, para lo que utilizó un castaño seco y 170 barras de tetracero, en cada una de ellas insertó unas 18 latas para crear una rama.

García trabaja en levantar un Mazinger Z, que tendrá seis metros de altura, para lo que hasta ahora ha utilizado "unos 4.500 botes". "Creo que me harán falta otros tantos y una buena estructura para poderlo fijar allá donde vaya, porque la estructura para que el robot gigante se desmontará en diez piezas para su transporte", explica.

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